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viernes, 20 de diciembre de 2013

Consejos de salud buco-dental para diabéticos

Las estadísticas indican que una de cada tres personas que padecen diabetes padece también alguna enfermedad peridontal grave, por lo que los cuidados bucales son fundamentales para evitar la progresión de la enfermedad peridontal. Los dentistas son muchas veces los primeros en detectar señales que indican que el paciente puede padecer diabetes. Así pues existe una estrecha relación entre las enfermedades peridontales y la diabetes.

Entre las posibles afecciones de los pacientes diabéticos se encuentran:
· Inflamación de las encías, que puede originar dolor y sangrado.
· Mayores opciones de sufrir periodontitis severa, que puede llegar incluso a provocar la pérdida de las piezas dentales, ya que los diabéticos son más susceptibles a desarrollar infecciones.
·  Acumulación de placa bacteriana.
·  Xerostomía o sequedad bucal.
·  Infección por hongos, conocida como candidiasis bucal.
· Aparición de unas pequeñas pero dolorosas úlceras blanquecinas en la cavidad oral debidas al descontrol en los niveles de azúcar en sangre.

Todas estas afecciones pueden derivar en problemas buco-dentales graves que afecten a la salud general del paciente, por lo que una rápida detección e intervención son necesarios en todos los casos.
Existen una serie de recomendaciones referentes a la salud buco-dental consensuadas entre los especialistas y la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) que os exponemos a continuación:
· Extremar el control de los niveles de azúcar en sangre, para mantener los niveles de glucemia lo más cercanos posible a la normalidad.
· Acudir al dentista cada seis meses.
· Cepillarse los dientes después de cada comida y al menos dos veces al día
· Utilizar hilo dental al menos una vez al día.
· Revisarse la boca diariamente, pieza por pieza e incluyendo las encías, con la ayuda de un espéculo similar al que utilizan los dentistas.
· Someterse a tratamientos periodontales, en caso necesario, con el fin de conseguir un adecuado estado del hueso y la encía para evitar la pérdida del diente.
Algunos diabéticos padecen xerostomía o síndrome de la boca seca. Los chicles sin azúcar, las mentas sin azúcar, tomar agua con frecuencia o chupar cubitos de hielo puede ayudar a aliviar esta sensación.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Dientes más blancos

La alimentación es una de las principales causantes de la pérdida de blancura en los dientes; la ingesta de grandes cantidades de vino tinto o té negro produce un oscurecimiento de la dentadura, al igual que los refrescos de cola y las salsas y jugos oscuros. Después de comer o beber cualquier alimento de color oscuro procura cepillarte rápidamente los dientes para evitar que se forme placa. También existen alimentos que pueden resultar beneficiosos para los dientes: el té contiene fluor y flavonoides que ayudan a prevenir bacterias dañinas para los dientes. El tabaco es otro de los grandes enemigos de una sonrisa blanca y brillante.

Otro gran motivo por el cual los dientes van perdiendo su blancura original es por la falta de cepillado y por el incorrecto cepillado. Es recomendable cepillarse los dientes después de cada comida, si realizamos cinco al día, deberíamos cepillarnos los dientes cinco veces. Contrariamente a lo que algunas personas piensan, cepillar con fuerza no es la mejor manera de eliminar la placa. La mejor manera es colocar tu cepillo en un ángulo de 45 grados a partir de tus encías y cepillar cuidadosamente con un movimiento circular, en vez de hacerlo hacia atrás y hacia adelante. Sujeta el cepillo como si fuera un lápiz para que no cepilles tan fuerte.

Los tratamientos de blanqueamiento en la consulta de dentista son muy eficaces, pero lo ideal es “trabajar” todos los días en el cuidado de nuestra boca y no tener que recurrir a ellos.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Llagas bucales y su tratamiento

Las llagas son pequeñas lesiones que suelen aparecer en el tejido mucoso que recubre el interior de la boca. Afectan normalmente a individuos de entre 10 y 40 años, y las mujeres son por lo general más propensas a padecerlas que los hombres. La lesión, que puede ser única o aparecer en grupo, tiene un aspecto blanquecino o amarillento, con un halo enrojecido alrededor. Estas pequeñas heridas suelen localizarse en la parte interior de las mejillas, en la base de las encías, en el velo del paladar, en la lengua, y en la zona interior de los labios.
Existen varios factores que pueden provocar su aparición:
-          Factores hereditarios.
-          Agresiones mecánicas, como pueden ser mordiscos involuntarios.
-          Problemas del sistema inmune, encontrarse bajo de defensas por un catarro puede provocar que aparezcan llagas.
-          Estrésansiedad, problemas emocionales.
-          Deficiencias alimentarias, principalmente falta de hierro, ácido fólico y vitamina B12.
-          Hormonas, cuando se produce un desequilibrio.
-          Alergias o intolerancias a ciertos alimentos.
-          Infecciones virales.
Por lo general, las llagas suelen desaparecer al cabo de unos días sin necesidad de aplicar ningún tratamiento. Deben evitarse los alimentos muy calientes o condimentados, o aquellos que sean muy ácidos, como los cítricos. Los enjuagues ayudan a aliviar el dolor, pero han de ser suaves. Se pueden comprar en la farmacia, o prepararse en casa con una mezcla de agua templada y sal, con la que se realizarán 2 ó 3 enjuagues diarios. Mientras la herida persiste es especialmente importante mantener una higiene adecuada de la boca y cepillar los dientes tras cada comida para evitar infecciones bacterianas.

La manera más eficaz de prevenir la reaparición de las llagas es tratar de llevar una alimentación equilibrada, evitar las situaciones que nos generen ansiedad o estrés, en la medida de lo posible, y cuidar nuestra higiene y salud bucal. Además, pueden tomarse algunas medidas preventivas respecto a los alimentos que consumimos, tratando de evitar comidas ácidas, picantes, o excesivamente condimentadas.